Fanfic Dentro del Laberinto. Capítulo 20


Frances McDonald. "The sleeping princess"

20. LA QUE DUERME DESPIERTA

El limbo debía parecerse a aquello. Llevaba tres días en estado comatoso, ni muerta –porque seguía respirando y consciente–, ni viva –porque no podía abrir los ojos, hablar ni moverse–, y sin embargo, su cuerpo estaba despierto aquejado por el dolor que siguió a la picazón en el lago.


Morgan la llevó de vuelta casi al momento. Sólo se detuvo para recolectar unas cuantas plantas medicinales que llevó consigo para después elaborar un emplaste. La dejaron tendida en la cama con el brazo retorcido. Nadie se percató de ello hasta el día siguiente, cuando una de las criadas la movió para estirar las sábanas bajo su cuerpo. Entonces llegó otro tipo de dolor, este más intenso, agudo y localizado en su hombro, que gritaba pidiendo calmantes, mientras el brazo derecho continuaba distribuyendo la ponzoña a placer por el resto del cuerpo. La fiebre subía cabalgando a lomos de uno de aquellos dragones que leyó en sus cuentos, pero afortunadamente en el castillo sí se percataron de ese detalle. Había una chica a su lado humedeciendo constantemente la compresa que le descansaba en la frente con agua helada, tratando así de rebajarle la temperatura. El contraste térmico era importante, tanto que de haber podido temblar, Sarah lo hubiera hecho. Lamentablemente los escalofríos se mezclaban con el ardor de sus venas convergiendo ambos en dos puntos localizados de su cuerpo: cabeza y estómago. El dolor que le generaban no le permitía dormir. Hubiera hecho cualquier cosa por conciliar el sueño evadiendo así sus pesares. Recordó en aquel trance el instituto, la asignatura de psicología. En una de las clases el profesor les había contado dónde residía la diferencia entre enfrentarse a los problemas y escapar de ellos. La cosa pareció sencilla, pero sólo lo pareció. Sarah meditó largo tiempo sobre el asunto. Cuando uno escapa de sus problemas piensa en otra cosa, duerme, trata de evitar sufrir tanto como puede, y esto acaba por producirle una insatisfacción terrible que le acosará sin descanso hasta que rompa con la conducta que le ha llevado al problema. Cuando uno se enfrenta la cosa cambia. Sufre un malestar tremendo al enfocar directamente la causa de su infelicidad, pero el malestar acaba por atenuarse con el simple hecho de buscar las soluciones que puedan remediar el mal. "Haced un listado teniendo en cuenta los pros y contras de cada decisión, de cada posibilidad. Dadles un valor numérico y hacedlo sin estar influenciados por el dese de seguir la opción más sencilla. Sed objetivos. Cuando acabéis, sumad y obtendréis diversos resultados. El que sume un valor más alto en la columna de pros, es el ideal para comenzar a trabajar. No os confundáis, esto no quiere decir que así el problema vaya a solucionarse, sólo significa que habéis elegido, y para ello habéis meditado la elección. Entonces tenéis que poner en marcha el planteamiento, pero recordad..."


La voz del profesor se perdió en su memoria acompañada del ruido que hacía la puerta al abrirse. Era Morgan. Respiraba con ansiedad y se movía nervioso por la habitación. Mandó salir a la criada, tenía que estar solo con Sarah. Tras marcharse la chica se acercó a la puerta, y como para protegerlos, colocó un mueble a modo de trinchera. Sarah sintió la dentera tensándole la mandíbula, pero igual que con el ardor, tuvo que sobreponerse en completa quietud.


La cosa pintaba mal. Tras los días que ella había permanecido en letargo, Morgan debía añadir a su haber de desesperaciones el aviso de los guardias. Habían visto a un jinete en el bosque esa misma mañana. Cabalgaba sobre un imperial caballo blanco. Vestía el gris. Recorría los caminos a toda velocidad, como si escapara de algo o buscara algo. Lo que realmente preocupó a la guardia fue descubrir que no era un cazador, ya que por allí sólo circulaban hombres en busca de la pieza herida, y trataban de hacerlo al trote para no espantarla aún más. Morgan podía contar las veces que un caballero había recorrido sus tierras para llegar al castillo con los dedos de una mano. Ver a aquel hombre en el caballo blanco no era un buen augurio. Solamente una persona poseía un animal de semejantes características, él lo sabía, como también sabía lo que andaba buscando y que, por desgracia, no tardaría en encontrar.


¿Qué podía hacer entonces? Desde que había hablado con los guardas sentía el aliento gélido de Jareth en la nuca. Escuchaba sus maldiciones lanzadas como a cuchillo, e incluso podía sentir su espada atravesándole el pecho al descubrir a la pálida y agonizante Sarah, tendida en el lecho como muerta, cuando la última vez que estuvieron juntos era la más deslumbrante de las mujeres.


Se la quedó mirando envidiando ese estado donde nada podía perturbarla, donde se mecía ajena incluso a la próxima muerte de su salvador. La envidió por ello. Si al menos pudiera volver a escuchar su voz antes de que la espada del rey se alojara en sus pulmones, la cosa habría valido la pena; si hubiera logrado que le amara, que se le entregara antes de morir, todo habría valido la pena.


Se sentó en el lecho junto a ella. Tenía gotas de sudor en la frente, sudor frío que Morgan tomó por agua, salpicaduras que habían ido a resbalar anidando en su escote, cobijadas bajo el vaporoso camisón negro. Morgan, buscando refugio como aquellas gotas, se sumergió en los pechos de Sarah lamiendo cada una de ellas, embriagado del aroma que emanaba de su piel. Le besó el cuello recogiendo cualquier mínima porción de esencia que pudiera estar escapando, e hizo lo mismo con su boca, surcando con lentitud los pliegues que podían haberse formado en los labios de Sarah, presos del silencio tantos días. Se sumergió en su boca como ella lo hizo en el lago, paladeando extasiado a la reina que continuaba inmóvil atrapada bajo su cuerpo.


Hubiera dado lo que fuera por encontrar de nuevo la luz en sus ojos verdes, por verla ruborizada y conteniendo el aliento como él mientras le subía el camisón descubriendo sus caderas. Lo que fuera por escucharla gemir al contacto con su miembro hinchado, furioso, que trataba de escapar del pantalón.


Enfermo de deseo la tomó por debajo de los brazos e incorporándola, atrapó uno de sus pechos con la boca, succionando como si fuera el sediento que encuentra agua tras años perdido, y aquel pecho la fuente que necesitaba con desesperación. La tendió nuevamente en la cama, maravillado al observar cómo el movimiento le había hecho torcer el rostro, que descansaba entonces lánguido sobre su hombro.


Acarició sus muslos antes de llevarse la mano al pantalón desprendiendo el cierre y liberando al hambriento. Separó las piernas de la bella durmiente, y dirigiéndose con la mano, acarició el lugar por dónde finalmente la haría suya.


–¡Abre la puerta! –Los golpes amenazaban con hacer astillas las fuertes hojas de madera– ¡Maldito seas! ¡Si la quieres lucha por ella! –Su ira no le permitía recordar que podía abrir las puertas usando su magia.


Estaba fuera de sí. La locura que le perseguía desde la desaparición de Sarah finalmente le había alcanzado abrasando cada célula de su cuerpo.


–¡Abre la puerta! –Exigió Jareth, que tras ensangrentarse los puños, comenzó a dar patadas–. ¡Sé que estás ahí, bastardo! ¡Te mataré! ¡Juro que te mataré si le has hecho daño! –Sintió hervir la sangre al abrir con un envite el primer agujero, del tamaño de su puño.



Maripa



¡Qué malita estoy, Mariniñ@s! ¡Ni balar puedo! Qué lastimica.

No es coña, me he quedado sin voz xD. Eso sí, estoy escribiendo como si no hubiera mañana. No podré hablar, pero Maripa primera de España y segunda de Dinamarca no se calla ni bajo el agua.

Espero que os haya gustado, hermos@s míos.

Ale, con Dios. xDDDDDDD




7 Carminazos:

JudithBeatle dijo...

Waaaa!!! está buenísimo!!! me dejaste en suspenso... qué pasará cuando nuestro Rey abra la puerta y entre al cuarto??? =0

Maripa dijo...

Esa es una muy buena pregunta, JudithBeatle ;)

Anónimo dijo...

Ahhhhhhhhhh ¡pero no nos dejes así, mujer sin compasión!
Asdasdadsda ¿qué pasará cuando entre Jareth y se encuentre la escenita...? Madre mía, me parece que le va a dar algo y va a explotar el Underground entero xDDDDDD
Sube el siguiente capítulo prontoooo ovejillaaaaaaa >0<
Cuídate mucho y mejórate, que eso de quedarse sin voz es horrible, a mí me pasó hace poco y es un rollo xD
¡Un beso!

Alouqua dijo...

Vale, la del comentario de antes era yo, que sin querer lo puse como anónimo xD...
(a estas horas ya no soy persona jaja)

Lyris dijo...

No sé por qué, no me cae bien este minudi, cordera. Hace las cosas a destiempo y mal y luego se hace la víctima. Y encima se aprovecha para pillar carne.

Aaaayyy, ande esté el Rey Goblin... XDDDDD

Maripa dijo...

Anónima Aloqua from our hearts xDDD:
Ya no queda ná, chata.
Gracias por lo de la voz reina, ya casi vuelvo a estar tan protestona como siempre xDDD
Ayyyy... me ha encantado lo de reventar el Underground xDDDDDDDDDDD
Bss

Lyris:
si es queee... está ahí a la que cae y no puede ser, No puede ser xDDD
OOOiioioioionnnnn El rey goblin, chata, ayer soñé, ayyyyy lo que soñéeee corderaaa!!! xDDD
Bss

JudithBeatle dijo...

Ovejitas yo rambién soñe con el Rey Goblin y el desquebrahamiento del Inderground... si se pone de buenas, le puede cantar "No ona can blame yoi, for walkin' away..." o algo así xD