Fanfic Dentro del Laberinto. Capítulo 35


SACRIFICANDO A LA REINA



-Así que ya podemos empezar –dijo la reina. Por la comisura de su boca fluía un líquido espeso, como si estuviera ya saboreando las entrañas de Sofía.
-¡Jareth, por favor! ¡Yo te amo! –gritaba desesperada ella mientras un pequeño ejército la rodeaba para servir en bandeja.
Jareth sudó frío, vergüenza, silencio y llanto bajo la mirada incrédula de Sarah.
-¡Haz algo! ¡Sálvame!
-¿Por qué crees que iba a hacerlo, porque eres su reina? No, su ilustrísima majestad, el rey goblin sólo se preocupa por el rey goblin. Pregúntale a su súbdito –invitó la reina con un desafío.
Sarah sintió por vez primera los ojos de Sofía puestos sobre ella. Ojos verdes anegados en lágrimas, ojos brillando entre mechones de su oscura cabellera. Incluso la forma de su cuerpo era similar, sólo que Sofía era un poco más alta y tenía el vientre levemente redondeado mientras Sarah era portadora de una delgadez evidente.
-¡Mátala a ella! –gritó-. Es igual que yo, ¡mírala! –rogó a la reina hormiga mientras ésta atrapaba su cintura entre las pinzas.
-Ella no me sirve, sólo tu vientre –dijo mientras un sonoro crujido se apoderaba de la sala del trono entre las jaleosas hormigas- y tu corazón –atravesó el pecho de Sofía con una de sus patas- pueden devolverme lo que es mío…
Sarah gritó, corrió hacia aquella mujer que estaba siendo terriblemente cercenada, pero las hormigas la detuvieron. Estiró la mano a pocos pasos de ella como estaba, y sintiendo la férrea presión que hacía cerró los ojos, se retorció de angustia, vomitó viendo las salpicaduras de sangre manchándole la ropa, los trozos de carne salpicando el suelo, mojando su cara…
Escuchó el mismo ruido que haría alguien al atragantarse, y acto seguido dos golpes en el suelo. La mano de Sofía la arrastró, pero Sarah no quiso mirar. Se quedó allí, de espaldas a la reina hormiga que continuaba haciendo ruidos mientras los órganos de la víctima entraban en su estómago.
-Llevaba tanto tiempo deseando que llegara éste momento, rey goblin… –dijo la reina con voz teñida de desprecio-. Ahora márchate, maldito. Abandona éste hormiguero y… -un gruñido escapó entre sus fauces-. ¿Qué? ¿Qué me pasa? –preguntó dirigiéndose primero a las hormigas para detenerse después en Jareth-. ¡Me has envenenado! –Su enorme panza comenzó a moverse como si tuviera vida propia-. ¡Maldito seas Jareth! ¡Me has engañado! ¡Ésta no es la reina! –Los ojos de la hormiga se detuvieron en Sarah, que seguía a unos pasos del cadáver de Sofía-. ¿Es ella? ¡Seguro que es ella! ¡Es la reina, traédmela! –Gritó a su ejército mientras intentaba alcanzarla por sus propios medios.
Su vientre se abría, sus fluidos escapaban del interior, mientras la mitad de su cuerpo se convertía en un cascarón seco. Cuando estaba a punto de alcanzar a Sarah, Jareth espada en mano, rebanó la pata de la reina hormiga así como las cabezas de cuantos intentaron tocarla.
-Ella es la reina –dijo a borbotones mientras se vaciaba casi por completo en el suelo-. Me has engañado…
Y con éstas últimas palabras, entre estertores mortales, dejó de moverse.
-¡La reina ha muerto! –Proclamó Jareth alzando los brazos-. Me proclamo rey del hormiguero desde éste instante. Os exijo pleitesía y obediencia. Cuidaré que siempre haya azúcar y comida a vuestra disposición mientras seáis fieles a mí, hormigas.
Se hizo un silencio sólo roto por los primeros susurros que asentían al acuerdo. Las hormigas no tardaron en saludar al nuevo rey y arrodillarse con todas sus patas.
-Os quedaréis en el hormiguero hasta nueva orden, mientras tanto yo y la reina –Sarah levantó la cabeza separando la vista por primera vez de la mano de Sofía, que permanecía rígida en el suelo. A Jareth el gesto no le pasó por alto- seremos los mejores monarcas que jamás hayan gobernado éste pueblo. Ahora salid, organizaos y custodiadnos hasta nuestro reino, allí recibiréis instrucciones precisas de cómo…
Sarah no escuchó más. Abandonó la sala en aquel preciso instante seguida por la mirada preocupada de Jareth.
Tampoco esperó que los demás abandonaran el inmundo agujero. Comenzó a caminar sin pensarlo, aunque sus pasos la llevaran al lugar del que salió enamorada, convencida, al rescate de su príncipe en problemas…
No quería volver a verlo, jamás.  

Horas después Jareth dejaba el hormiguero seguido por sus nuevos súbditos, pensando en Sarah, en la mano que tendió a Sofía y en sus lágrimas, pero sobre todo en aquella mirada de desprecio que le dedicó antes de perderse por la estepa, alejándose del auténtico monstruo que ahora gobernaba el hormiguero.

Maripa

¡SE ACERCA EL FIN DE LA TEMPORADA, MARIS!


2 Carminazos:

Constanza dijo...

Está excelente!!!! Espero con ansias el otro cap : ) Un besote!! Beeee

Maripa dijo...

El miércoles que viene sale. Gracias por volver, Constanza!! Beeeee
xDDDDDDDDDD