Fanfic Dentro del Laberinto. Capítulo 21


21. UN FINAL DE CUENTO

Jareth se inundó de violencia al ver que finalmente había hecho un agujero en la puerta. Entonces una risa histérica se le apoderó al introducir la mano y arrancar de un tirón una veta de madera, por la que fácilmente pudo introducir medio cuerpo. Poseído por la furia homicida continuó abriéndose paso a golpes hasta que finalmente desplazó el mueble que Morgan había colocado a modo de barricada de una patada, logrando entrar en la habitación.

Morgan, el heredero, aquel muchacho pusilánime por el que su abuela casi había perdido el favor real demandando su exclusión de cuantos conflictos bélicos se produjeran en el reino, se alejaba en aquel momento, caminaba presuroso y de espaldas, con la vista clavada en él. Se separaba de Sarah, de la reina inerte, que sobre el lecho tenía el camisón arrugado por las caderas, y los muslos expuestos.

En aquel momento donde los nervios la furia y el instinto eran la energía que hacía mover su cuerpo, Jareth tuvo una visión. Debía elegir, y hacerlo antes de enloquecer: ir al lecho junto a Sarah, tocarla, comprobar si la sangre todavía fluía por sus venas, si su piel continuaba siendo caliente, comprobar si la mujer que había convertido en su esposa, por la que había vuelto el mundo del revés continuaba viva; pero también debía enfrentarse a él, a aquella cucaracha traidora, endeble enemigo que con los ojos fuera de órbita le miraba tembloroso, suplicante desde la esquina más alejada a la cama. Tenía que agarrarle del cuello y notar cómo con la presión de los dedos, cada vértebra crujía produciendo un maravilloso chasquido, el sonido mágico y envolvente del hueso roto y el órgano rasgado. Tenía que arrancarle el corazón por osar tocarla. Pero antes de eso, tenía que estar con ella, ver cómo recobraba el aliento y sentirla caliente. ¡Tenía que estar viva!


Hoggle, Ludo, Dydimus y el resto hicieron su entrada en el bosque que rodeaba el lago sabiéndose enteros y agotados tras el arduo descenso. Ambrosius se miraba penosamente las patas y gemía de tristeza. Necesitaba descansar antes de continuar el camino, y tampoco estaría mal poner sus castigadas almohadillas en remojo, aunque fuera un ratito.

-¡Qué horrible experiencia! -Exclamó Hello, que desde el hombro de Ludo, había sufrido como ninguno el descenso por aquella terrible pendiente que parecía infinita-. Contaré este viaje a mis hijos y pasará de generación en generación.

Hoggle miró al pequeño gusano azul. Por un momento trató de imaginar cuánto tiempo le habría costado llegar hasta allí de haber hecho el viaje gusaneando. Quiso preguntárselo, por salir de dudas principalmente, pero pensó que quizá fuera mejor callar. Hello era todo carácter en espacio reducido. Si empezaban a discutir, la cosa podía alargarse hasta límites insospechables, cuando lo que realmente tenían que hacer era reemprender la marcha.

Dydimus observaba la pata de Ambrosius. Tocó la rozadura provocando un gruñido y un rostro de dientes resplandecientes dispuesto a darle un mordisco épico, por el que Ambrosius había alcanzado el reconocimiento del reino.

-¡Te dije que sería mejor ponerte una herradura! -Exclamó Dydimus.
-¿Amigo enfeeeermo...? -Ludo se aproximó a ellos, preocupado.
-No os disgusteis, Sir Ludo. Ambrosius estará perfectamente en un rato. Pronto podremos continuar la búsqueda de Milady.

Ludo no se disgustó, para nada. Agarró a Ambrosius bajo el brazo, y colocando a Sir Dydimus en su otro hombro -uno ya estaba ocupado por Hello-, continuó la marcha seguido de Hoggle. El resto de goblins, seres del laberinto y amigos de Sarah, todavía estaban a un par de jornadas de allí. Ellos continuarían la búsqueda sin más dilación.


Fue absurdo siquiera dudarlo, al momento de entrar en el dormitorio ya estaba avanzando hacia su reina, que con las rodillas levantadas y la cabeza colgante en el hombro, permanecía pálida e inerte.

Sólo una mirada, sólo una mirada cargada de muerte y odio dirigió a la rata temblorosa, arrinconada entre un mueble y la pared, que aguardaba su futuro incierto. Jareht deseó matarlo, pero matarlo por mera venganza, no por haberle arrebatado su tesoro más preciado, el mismo que continuaba sin moverse tendido sobre el lecho.

-¿Sarah? -preguntó a sólo unos metros de ella, avanzando con más terror del que un rey debía experimentar en su vida -¿Sarah? -Repitió sintiendo un escalofrío al comprobar que el pecho de la chica parecía no moverse.

Sarah escuchó los golpes en la puerta. Sintió a Morgan clavarle los dedos en los muslos y gritó de dolor sin hacer un movimiento. Fue testigo ciego de cómo la madera se resquebrajó rompiendo en pedazos la pesadilla de Morgan sobre ella, de aquella lengua viscosa haciéndola estremecer de repugnancia y llorar fieramente lágrimas contenidas en los párpados. Sintió como aquellos dedos se desclavaban de sus muslos y su mástil saliendo de entre sus piernas con violencia. Y entonces, cuando quiso gritar y morir de miedo, escuchó la voz de Jareth tan cerca, tan real que su llanto se hizo miel amarga en la boca y sangre en los oídos. Estaba allí, a sólo unos pasos. Podía escucharle respirar, escuchar sus pasos. Era tan real que podría jurar que realmente era él. Le olía, le sentía acercarse, sabía que había ido a por ella, la iba a sacar de aquel lugar de pesadilla donde estaba presa.

Quería gritar, quería rogarle que la sacara de allí, la levantara de aquella cama infesta y la llevara a cualquier otro lugar donde pudiera olvidar todo lo que Morgan le había hecho. Quería gritar y llenaba su pecho con el aire que los pulmones recibían henchidos de dolor, impidiendo que el pecho lo respirara. Rogaba, suplicaba, gritaba, pero Jareth no se acercaba a ella.

-¿Sarah? -Preguntó de nuevo acercándose a su oido-. Sarah, por favor... -Jareth intentaba sacar fuerza de donde no la hallaba para acariciarla, para hacerla mirar hacia él-. ¿Sarah? -Repitió antes de tocarla.

Estaba tibia. Sólo en la frente desprendía el calor que recordaba. Jareth le volvió el rostro histérico, moviéndole los hombros como para despertarla de su pesadilla. Acarició sus mejillas buscando un rubor, una señal de consciencia.

-¡Mi vida...! -Exclamó conteniendo un grito que quería reventarle en el pecho. Parecía viva, parecía incluso que respiraba.

Jareth la levantó tomándole por los hombros. Ella, inerte, sintió su abrazo con la cabeza colgante.

-Sarah, amor mío, ¡despierta! -Rogó el rey de los goblins dándole unas palmaditas en el rostro.
-No va a despertar -Morgan presenciaba la escena desde la esquina-. Lo he intentado todo.
-¡Maldito seas! ¡Voy a matarte! ¡Juro que te mataré!

Morgan calló mientras Jareth mecía a Sarah con violencia, buscando un suspiro, un movimiento, algo.

-Sarah, mi vida, despierta... He venido a por ti. Abre los ojos -rogó Jareht sintiendo que el dolor se volvía abismo en su interior. Un dolor tan inmenso que no podría soportarlo-. Por favor... -rogó tomándole la mejilla para besarle la frente.

Rozó su párpado. Fue un toque breve que sirvió para liberar el ojo de todas aquellas lágrimas contenidas tanto tiempo.

Jareth encandilado, vio manar aquella sangre translúcida recongiéndola con el dedo.

-Te quiero princesa, te quiero -dijo abrazándola con fuerza-. Gracias -añadió meciendo su cuerpo tibio que, aunque casi muerto lloraba todo los sufrido, lloraba la felicidad de estar a salvo junto a Jareht, y lloraba también todo el amor que sentía.

Sarah deseó que la besara y juntos abandonaran a Morgan y aquella pesadilla para siempre. Lo deseó con fuerza. Quiso levantarse y caminar a su lado, pero al contrario que en los cuentos, su final no iba a ser feliz.

Sarah se sentía morir y ni siquiera su príncipe, el rey, podía evitarlo.

Maripa




Os había asustao, ¿eh? xDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD
Este finde no habrá Fanfic, mariniñ@s. Me voy de fiesta pagana por ahí muahhahhahahah. Pero no sus preocupís, que en cuanto vuelva retomamos la dinámica normal. La semana que viene habrá más laberintouuuu.
Disfrutad las vacaciones amores peludos.
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1 Carminazos:

JudithBeatle dijo...

Bonita, estuve a punto de morir de un ataque cardiaco!!!! =0 (como mi teclado ya tiene toodas las letras borradas, tal vez se note que muchas palabras están mal escritas, sorry U.U) Espero que todo se arregle para Sarah y Jareth y que su Majestad pronto atreviese con su espada el pecho de Morgan...¬¬