Fanfic Dentro del Laberinto. Capítulo 16


16. UN CUENTO PARA SARAH

–¿Quieres que te lea un cuento?
Morgan vio como la chica se metía en la cama cubriéndose, recatada, pese al grueso camisón negro de manga larga.
–¿Perdón?
–Sí, creo que te gustará escuchar un cuento de los que leo antes de dormir –Sarah le miró extrañada–. Me parece muy poco cortés vivir estas aventuras en silencio cuando tú estás en la habitación.
–No, no pasa nada. No quiero molestarte. Lee, haz lo de siempre. Es más, si quieres puedo dormir en otra habitación. No tendría problemas en ir a la cocina y dormir con…
–Eso es impensable. Eres mi invitada… Además aquí esto es costumbre, no te preocupes y ponte cómoda.
–Tenéis costumbres curiosas…
–Las justas –añadió Morgan tomando un libro de El Estante para sentarse en la cama frente a Sarah –. Pero ahora, si te parece, cambiemos de costumbre. Voy a leerte un cuento muy especial. Tienes que estar atenta –dijo levantando cómicamente el índice, como si se dirigiera a una niña– porque es un cuento que escribió alguien también especial, y está ambientado en este mismo valle –carraspeó teatral–. Erase una vez…


No era capaz de articular palabra.
No era algo que le sucediera a menudo, de hecho, jamás pensó que le pudiera suceder, y sin embargo parecía que Sarah se había fugado con su voz.
Jareth espoleaba el caballo descendiendo la interminable pendiente. Se maldijo por no haber reparado antes en ese lugar del reino que permanecía virgen, salvaje, y en el que perdería como poco dos jornadas que podría haber dedicado a la búsqueda de Sarah.


–Esta historia habla de una joven muy bella; bella como ninguna. Ella sabía perfectamente que lo era, y también que podría hacer caer a cualquier hombre a sus pies ¡no exagero, te digo que a cualquiera! Y sin embargo la chica fue a encapricharse del peor de todos, el único que le parecía inalcanzable. Qué sorpresa se llevó cuando descubrió que ese hombre, tan poderoso como peligroso, reparó en ella. Y aquí comienza lo divertido, Sarah, escucha bien. ¿Qué podía esperar ella de alguien capaz de hacer cualquier cosa por obtener cuanto deseaba? ¿Piedad? ¿Acaso un trato especial? La chica no tardó en descubrir que con él los trucos que tan bien le habían funcionado no…
–Ya basta –Sarah se incorporó lanzándole una fiera mirada–. No quiero escuchar más.
–¿Pero por qué? –Morgan atónito dejó colgar el libro a un lado–. Ahora empezaba lo mejor.
–No hace falta que sigas. Sé que me equivoqué y que ahora estoy en un buen lío. No es necesario que me tortures.
–Esta no es tu historia, Sarah –Morgan se sentó en su cama y le acarició la mejilla–. Es la mía.
La chica retrocedió al instante. El contacto tibio de Morgan hizo que su nerviosismo se disparara. No comprendía por qué le contaba aquella historia ni por qué decía que no era la suya, cuando claramente lo era. No comprendía nada.
–Te haría bien pensar que no todo gira a tu alrededor. Puede que Jareth lo haga, puede que le hayas hechizado con magia propia de brujas… ¿Eres una bruja, Sarah? –Preguntó quedando a escasos suspiros de su rostro.
–No –retrocedió un poco más.
–¿Qué tienes entonces? ¿Qué poder es ese capaz de transformar al temido rey en un esclavo, y hacer del cruel tu siervo?
–No… No lo sé –respondió tocando con la espalda en la pared.
–Yo tampoco.
Recorrió la distancia que le separaba de ella. Notaba su aliento secándole los labios, podía incluso escuchar el latido de su corazón desbocado y sentir cómo temblaba. La reina se agarraba con fuerza a las sábanas. Al fin ella entre sus brazos, como deseó desde que la vio por primera vez.
–También yo he caído en tu embrujo –dijo antes de besarla con una suavidad que se convirtió en lacerante deseo según su lengua viajaba a otra boca.
–No puedo –Sarah se escapó de su abrazo que la había aprisionado entre la cama y la pared.
Salió de la habitación.
–Mañana seguiré leyéndote el cuento, Majestad, quieras o no.


Maripa

Vaya frío amores ovejiles míos. Vaya tela.
Abrigarse muchachada! Calentadores, mitones y gorricos (todo de lana, por supuesto), a dolor.
Besines

2 Carminazos:

Lyris dijo...

Ayyy, Saricaaaaa, qué poco tino y qué poco criteriooooooooo!

Si tienes al rey de los goblins comiendo de la manoo, carajoooo! Acabas de salir de Guatemala para caer en Guatepeor. Y encima seguro que este es un pichacorta, que ya apunta maneras!!!!
Estas jodidas princesas con su jodida manía de dejarse secuestrar...


A abrigarse, corderas! Que echarse un par de manticas de lana no cuesta, pero cuando hace calor quitarse el propio manto lanudo ya es más puñetero! :D

Maripa dijo...

Ahí las dao, Lyris. Con el frío una se puede transformar sibilinamente en croqueta, pero con el calor ¿qué?
Ayyy las princesas... Cuántos dolores de cabeza dan xD

Un besico, cordera!