FanFic Dentro del Laberinto. Capítulo 5

5. SÁBANAS DE SEDA


–¿Cuánto tiempo más vas a evitarme? –Nadie respondió al otro lado de la puerta. Jareth golpeteó la madera con fingida distracción.

Tres noches con sus respectivos días sin salir del dormitorio, eran tiempo más que suficiente para que se repusiera de la impresión. Con más motivo, si ordenó que dejaran de llevarle la comida, motivándole a volver.

–Sara, abre la puerta –ordenó del modo más amable que tenía preparado. –No voy a hacerte daño. Abre… –repitió.

Tras un nuevo e irrespetuoso silencio, comenzó a golpearla con furia.

–¡Sarah! ¡Abre la puerta de una maldita vez! –continuaba sin obtener contestación mientras, enervado, se ensañaba a puñetazo limpio con la madera –. No te voy a hacer daño, abre por favor… –Agotado por la constante lucha, por el esfuerzo que Sarah le exigía en cualquier situación, dejó descansar su frente en la puerta aguardando casi doblegado, olvidando de nuevo al rey en un diminuto rincón de su consciencia, por ella, que permanecía en su silencio irreverente.

–Está bien –susurró apretando los dientes –, tú lo has querido.

Sólo hicieron falta un par de empujones para que cediera. Una horda de goblins se arremolinó en torno a Jareth, temiendo momentos antes por la personalidad cambiante del rey, ofrecer su ayuda para el derribo.

–¡Sacas lo peor de mí! –exclamó entrando en la habitación encolerizado, mirando a ambos lados para localizarla.

Todo estaba en calma. Todo estaba limpio. Todo en perfecto orden… salvo la cama deshecha. Jareth, incrédulo, se acercó al lecho y se detuvo a observar las sábanas, queriendo percibirla entre los pliegues de sedas y plumas. Movió la ropa atrás de un tirón encontrando sólo las plumas; las sábanas de seda habían desaparecido.

–¡Maldita sea! –su grito paseó por las paredes del castillo – ¡Encontradla y traédmela ahora mismo! –aulló fuera de sí.

La horda de goblins se movió como si se tratara de un solo cuerpo, desapareciendo al instante. Jareth rasgó el edredón encolerizado, rociando la inmaculada habitación de plumas. Se detuvo a mirar la ventana, que continuaba abierta. Entonces se percató del pedazo de seda que se movía ondeando al compás de la brisa. Sus pasos resonaron en la habitación mientras, con gélida expresión, repasaba el plan que Sarah había urdido para escapar. La sábana todavía estaba enganchada en la gárgola endeble que, vista desde la fachada, jugaba a ser guardián del ventanal. Siguió el camino de tejido volante hasta el suelo, donde se encontró con el otro extremo, junto al cuerpo yaciente de la chica.

Extendió la capa de cuero, que se convirtió casi al instante, en dos alas oscuras. Acto seguido se lanzó al vacío para encontrarse con ella.

–¿Sarah? –sus manos temblaban poseídas por una danza macabra que, lívido, intentaba controlar – Sarah… –adelantó una deseando tocarla, pero no lo hizo, temiendo encontrarla tan fría como la muerte.

Los ojos se le humedecieron mientras, tomando conciencia de la realidad, se acercó el puño a la boca para destrozarlo de un bocado. La princesa de su cuento no se movía. Columpiándose entre sedas, había dejado a la historia huérfana y completamente falta de sentido.

Se tendió junto a ella. Ambas cabezas próximas para que sus lágrimas reales, fueran la ofrenda más sincera de arrepentimiento y luto.

–No puedo creerlo… –gimió contrayéndose junto al cuerpo inmóvil.

Un leve gemido se escapó de los labios amoratados de la chica. Jareth incorporándose con rapidez, se puso sobre ella sin llegar a tocarla, acercándole la mejilla a la boca. Como una bendición, sintió su respiración entrecortada.

Trató de levantarla con tanta delicadeza como la empleada para recoger a un pajarillo herido. Cuando la tuvo sujeta alzó el vuelo llevándola directamente a su dormitorio donde, bajo el imperativo de la vida, ordenó a los centinelas que llamaran al curandero, al sanador y a todos cuantos pudieran traerle de vuelta a la princesa del cuento.


Tres noches con sus correspondientes días transcurrieron en completo silencio. La habitación de Jareth se había convertido en un santuario, donde el cuerpo de Sarah era velado por el incombustible rey. Todo ése ala del castillo estaba completamente cerrada, aislada a cuanto pudiera enturbiar la recuperación de Sarah. No consintió que nadie se aproximara a ella, después de que los goblins con conocimientos médicos la hubieron examinado, cerciorando que estaba viva y, por increíble que pareciera, no se había roto ningún hueso. Cuando Jareth cayó en la cuenta de qué provocó su accidente, comenzaron a desfilar por su cabeza las más cruentas maldiciones. Tras estar preparada para efectuar la fuga, después de invertir sus últimos esfuerzos en deslizarse por las sábanas, sencillamente, no pudo huir. Casi la había matado de hambre y sed, y aquello era algo que no le permitía descansar. Pensar que no quería marcharse por miedo, sino sencillamente por sobrevivir, hacía que su ansiedad creciera a cada momento, a cada instante que sus ojos se encontraban con el cuerpo inconsciente, inmerso en un profundo sueño sobre su cama.

Cuando lograba dejar esos pensamientos de lado, se encontraba recorriéndola sin tocarla, todavía con el hermoso vestido que había llevado al juicio. Detenía las manos en su cara y pechos, que se dibujaban firmes y latentes bajo la prenda. Se imaginaba a su lado, tendido en el lecho tras haberla hecho gemir profundamente hasta el amanecer, pero entonces, atormentado por la lascivia, se alejaba de ella y caminaba en círculos sin quitarle los ojos de encima. Los sentimientos se encontraban en la alcoba como vientos huracanados, levantando tempestades en lo más profundo de Jareth, mientras la princesa, permanecía secuestrada por el sueño.

Un leve movimiento de cabeza hizo que Jareth volviera junto a ella de una zancada. Seguido vino otro, también leve, de su mano. Tras él, las cejas de Sarah se fruncieron. Separó los labios dejando escapar una exhalación mientras, con lentitud, se llevaba una mano a la cabeza.

–¡Sarah! –Jareth estaba a su lado –. Despierta, abre los ojos.

–¿Qué… qué ha pasado? –preguntó tratando de separar los párpados, que querían liberar unos ojos deslumbrados por la tenue luz que vencía a las cortinas.

–¿Estás bien? –Jareth se sintió renacer al ver que se movía de nuevo, escuchando su voz tras tantos días de silencio.

–¿Dónde estoy?

–En mi dormitorio, en el castillo. Estás a salvo.

–¿En el castillo? –preguntó ella despegando con esfuerzo uno de sus párpados.

La primera imagen que se grabó en sus retinas, fue la del rey casi tendido por completo sobre ella, luciendo una sonrisa que no era dulce. No denotaba alegría, rabia o simpatía, Jareth siempre sonreía de modo tétrico.

Sarah recordó vagamente qué intentaba hacer antes de que todo se volviera oscuro, y al verse en el lecho, tembló de modo imperceptible a todos ojos, salvo a los de Jareth.

–¿Qué ocurre? –preguntó él con un tizne de angustia en la voz.

Temiendo dar una contestación desafortunada, Sarah decidió olvidar su intento de fuga con la firme idea de no desaparecer envuelta en humo, como el goblin que los interrumpió en la sala.

–Es el vestido –dijo con la lengua más ágil que el resto de su cuerpo–.Tengo frío.

Jareth extendió la mano en dirección a una zona del dormitorio, con el suficiente espacio como para materializar una bañera donde, como barcos errantes, navegaban pétalos blancos. El aroma del aceite caliente que flotaba en el agua, llegó hasta ellos con una invitación.

–Pronto entrarás en calor –dijo él tendiéndole los dedos helados para que se sujetara al levantarse, mientras el mundo se movía alrededor.

–Sí.

Tomándole la mano, llegaron a la bañera que supuraba aroma a lavanda y flor de lys. Jareth la sujetó de la cintura volviéndole despacio, para dejar a sus dedos obrar en los botones del vestido. Con suma precisión descubría poco a poco, sin prisa, una piel pálida que, al tiempo que se encendían las mejillas de Sarah, se encontraba con las manos del rey.

Maripa


Esto que le ha pasado a Sarah viene siendo una ostia fina del copón en diez. Os diré una cosa para recordar cuando tengáis estas dos opciones:

1. Poneros un pijama de lana y dormir anchamente en un pasto florido con las paticas parriba, notando el aroma primaveral.

2. Poneros una sábanas sedosas en la cama y además, recordar que tenéis un pijama/camisón también muy sedoso y majo en el armario. Por ende decidir hipsofact@s hacer un maxi combo y dormir tod@s rodead@s de seda.

PASTO!!!! SIEMPREEEE!!!!!

Aguaplanning he hecho esta noche en la cama, cago en el copón!! Me he despertado con las uñas clavadas en la sábana bajera intentando no caerme por una esquina.

LA SEDA ES MOLONA, PERO SU TACTO BUENRROLLISTA, NO QUITA QUE SEA POSEEDORA DE UN MALIGNO AURA DE RESBALACIÓN HORIZONTAL QUE TE CAGAS!!!!!

Así no se puede... Así NO-SE-PUEDE!!!

xD


8 Carminazos:

Lyris dijo...

Pero a quién se le ocurre, muhé!!!

La DGT lo tiene prohibidísimo por todos los accidentes que provoca esa nefasta combinación! Y si llevas alguna uñeja mal recortada o con un pico ya te cagash...

En fin, sabanerías aparte, me tienes enganchadísima, como te he dado a entender en los últimos comentarios. Me iré a dormir en mis confortables sábanas de algodón y algo se hará al respecto! XDD

Buenas noches!

VFCollector dijo...

NECESITO MÁS!!! Esto es como una drogaaaaaaargh!!!!!

Marime dijo...

Chicas, nos alegramos mil que esteis enganchadas a estas pequeñas dosis de alegrías! Quieras que no, más vale sábana de algodón en mano que seda volando xDDDDDD
El Viernes más capítulo de Laberinto!! Prometido.
Besitos!

Pandora_cc dijo...

Ohhh my God!!! *_*
Me encanta, pero me he pegado un susto del copón pensando que se acaba aquí la cosa xD
Cuidado con la seda, que la carga el diablo!!!

Maripa dijo...

Ayyy nenas, vaya nochecica de por la gloria de mí misma que never again!

Como dice Marime, estamos
encantadísisisisimas de que os molen los regalitos, reinas. Pronto habrá más.

Besicos!

Alicia dijo...

Si es que donde se pongan unas sabanitas de franela... eso sí que agarra... xDDDD

Lyris dijo...

Cachishh y yo que había dejado un comentario la mar de graciosón e inspirado...

En fins, que gracias por resubirlo! me "reinspiraré" con él esta noche, a falta de un capi nuevo! XDD

Maripa dijo...

Gracias a ti por releerlo. Madre mía los errores técnicos... Que malos son.
Pero parece que todo ha vuelto a la normalidad y esta noche publicará Marime! ^^